13 junio 2018
Hace exactamente un año, los jugadores de baloncesto con la ayuda sin fisuras de las asociaciones de otros deportes, lanzamos a través de Twitter una queja: #NoSinLosDeportistas. Recibimos muchas muestras de apoyo de distintas procedencias: deportistas de otros deportes, entrenadores, periodistas y por supuesto, aficionados.
Un año después de este movimiento, los hitos alcanzados son buenos. Podríamos destacar dos que perduran en el tiempo y tienen una voluntad de permanecer. Por un lado, la fortaleza de las asociaciones de deportistas, que más allá de problemas que son propios de cada disciplina, hemos demostrado una capacidad de caminar en el mismo sentido y con un fin último: defender los derechos de nuestros deportistas. A nivel baloncesto, estamos muy orgullosos de la inquebrantable unión que está demostrando el colectivo en la negociación de su convenio colectivo, a pesar de los numerosos intentos de desestabilización.
Pero no todo está hecho. Seguiremos reclamando voz y voto en las mesas donde se toman decisiones. No es un capricho. Es una necesidad. El beneficio no será nominal, será colectivo. Tendremos un deporte mejor. Sin entender ni escuchar al deportista, el deporte se está perdiendo a la parte más visible, quizás la más atractiva.
Ofrecer representatividad a los deportistas en los organismos donde se diseña el futuro, será un paso de madurez de sus dirigentes. Pero el paso tiene que darse urgentemente. No se puede demorar mucho más.
Hasta entonces, seguiremos reclamando ese #NoSinLosDeportistas.