La Copa te da sorpresas. Por Alfonso Reyes

20 febrero 2016

Dos jornadas completamente diferentes hemos vivido en La Coruña. En la Copa más imprevisible de los últimos tiempos, con al menos cuatro favoritos, dos de ellos han hecho las maletas en el primer choque.

El jueves fue el día de las sorpresas, de esas que demanda el espectador y que llegaron con sobredosis, por partida doble. Se materializaron con la eliminación de Barcelona Lassa y Valencia a manos de Dominion Bilbao y Herbalife Gran Canaria en dos duelos que no se decidieron hasta el final. Las muestras de admiración se desataron en el pabellón y muchos se frotaban las manos con una segunda jornada igual de emocionante.

Los azulgranas se toparon con el muro bilbaíno con Ruoff, Hervelle y Mumbrú como estiletes, rompiendo los esquemas del Barça. Los catalanes no funcionaron esta vez y ni siquiera el maestro Navarro, en cancha para la ocasión, pudo culminar el último saque de banda.
La lógica baloncestística se vuelve a quebrar con la victoria de los canarios ante el equipo con mejor balance de la liga. Oliver con asistencias que ya quisieran en la NBA, Aguilar, Omic y Rabaseda fueron los más destacados.

Los valencianos, como el Madrid de hace dos temporadas, sufrieron la decepción de saber que las rachas de récord no garantizan la consecución de títulos.
Hacía tanto que no se producían y estábamos tan poco acostumbrados que se pedía más en la segunda jornada. Sin embargo, ayer sí se cumplieron los vaticinios, cada partido haciéndolo a su manera.

El Real Madrid no dio opción a un Montakit Fuenlabrada que sigue disfrutando de una temporada espectacular. 7 jugadores blancos anotaron 10 puntos o más lo que demuestra el trabajo coral del vigente campeón. Ante esta avalancha, unos magníficos Paunic y Alex Urtasun no fueron suficientes.
La otra versión de lo previsible fue el Laboral-Río Natura Monbús. Con rentas amplias de los vascos en la primera mitad, estas se diluyeron por la insistencia de los “locales” que llegaron con opciones al final. Como dice su entrenador, “este equipo nunca se rinde”. Y así fue hasta el último minuto. Desperdiciaron tiros libres, se salió algún triple y se rompió el sueño de una ejemplar afición. Esta nos acompañó en el Coliseum cantando su himno al final del partido.

El saber estar de las aficiones está siendo otra nota destacada que siempre acompaña a esta gran competición.
Cualquiera sabe lo que nos deparan las semifinales. La primera, duelo de tapados, que permitirá a uno de ellos continuar el sueño y la segunda, reencuentro del jugador más en forma de la liga, Bourousis con el equipo con el que lo ganó todo la temporada pasada.
Yo me quedo con lo más importante de hoy, el homenaje que le rendimos a Quino Salvo, mítico jugador siempre dispuesto a colaborar con la ABP.