27 enero 2020
Pienso en la viuda y…los puntos suspensivos son necesarios porque no existe, que yo sepa, una palabra para definir a los padres que pierden a sus hijos. Quizá sea porque es lo más terrible que le pueda suceder a un ser humano. No hemos sabido condensar en un vocablo ese inmenso dolor.
A esta pobre mujer ya no le importan las riquezas, los lujos o la fama que ha compartido junto a uno de los mejores baloncestistas de la historia. Daría todo por poder volver a ver a sus amores.
Ante una tragedia que conmociona al mundo, no sólo al de la canasta,
nos viene a la mente la futilidad de nuestra existencia, la fragilidad de nuestra vida, que todo acaba en un instante. Nos rasgamos las vestiduras, hacemos un acto de contrición y buscamos un compendio de las mejores frases del ideario motivador: carpe diem, vive cada instante, disfruta del momento, valora lo que tienes…todo para que esta tarde te vuelvan a llevar los demonios por cualquier chorrada que nuble tu entendimiento y no te deje saborear lo realmente importante. Somos así, no podemos cambiar. Seguramente la evolución no nos ha dejado conformarnos con la vida que llevamos y nos plantea retos constantes.
Puede que la existencia sea incompatible con la felicidad plena y constante. La vida me ha enseñado que la familia es lo más importante, y que los amigos se cuentan con tres dedos. Mi felicidad consiste en que ellos estén bien, así de simple. Seguiré intentando pensar que cada día es un regalo y que soy inmensamente afortunado con los que tengo junto a mí.
DEP KOBE.
Alfonso Reyes
Presidente ABP