22 agosto 2019
“¿Pero qué pasa con estos chicos que consiguen medallas?” Después del brillante verano que nos han regalado los jóvenes jugadores españoles en forma de 3 medallas, los aficionados se hacen permanentemente esa pregunta.
No es el primer verano con color dorado de las selecciones de formación, pero lamentablemente tampoco es el primer inicio de liga ACB con un porcentaje tan bajo de jugadores nacionales sobre el total de jugadores. Otra temporada más, no llegamos al 30%. ¿Cómo conviven estos datos?
No hay una solución mágica, porque desde luego que hay muchas palancas que accionar para que el talento tenga una continuidad. Se habla de crear nuevas competiciones, de legislar para tener cupos de jugadores nacionales, de ayudar con facilidades para compatibilizar los estudios con los entrenamientos. Seguro que si nos sentáramos todos los implicados en una mesa a proponer soluciones para nuestro baloncesto llegaríamos a diseñar soluciones de futuro.
Mientras eso ocurre, y lo deseamos de verdad, desde la ABP lanzamos una pregunta: ¿de verdad no se puede apostar por estos jóvenes jugadores y tener un plan de medio plazo con ellos? Hay clubes que han hecho estas apuestas y sus resultados están ahí.
El deporte tiene un cierto componente de selección natural. No van a llegar todos a la élite. Pero desde luego, sin oportunidades el recorrido deportivo se dinamita. El binomio deporte-estudios acompañado del mejor entorno familiar es una apuesta ganadora. Podremos legislar, crear competiciones nuevas, pero hay una solución que es más inmediata y accesible: reclamamos algo de valentía para dar oportunidades. Se trata de jugadores bien formados, bien entrenados que saben competir porque ganan medallas. Jugadores que sus clubes han invertido en ellos. ¿Dejaría una empresa que su talento formado internamente se marche y acabe gastando más dinero en contratar?
Jugadores que sienten tu camiseta, que quieren a tu ciudad, que los aficionados reconocen y quieren. Jugadores que demandan minutos, competición, equivocarse, sin duda, pero cuando tienen oportunidades delante, las aprovechan. Solo hay que darse un paseo por las vitrinas para ver la colección de medallas que tenemos.
¡Prueben con el jugador joven!