¿Somos conscientes de lo que ocurrió ayer?

16 septiembre 2019

¿Somos conscientes de lo que ocurrió ayer? ¿Tenemos claro que es una de las mayores gestas de nuestro deporte? Creo que sí. Este segundo Mundial (se dice pronto) culmina una racha de 11 medallas en 13 años. Esta increíble hazaña está al alcance de unos pocos elegidos y nuestro baloncesto lo ha logrado.

La clasificación para China fue tortuosa con las dichosas ventanas. No éramos favoritos para el título. El comienzo del campeonato no invitaba al optimismo. Todas estas piedras en el camino fueron trituradas por un grupo de jugadores que quedará para siempre en nuestra memoria.

Empezando por los 24 profesionales que hicieron posible nuestra presencia en el Mundial. Esos admirables deportistas, casi anónimos para muchos aficionados, que asumieron la responsabilidad de llevar a nuestra selección al Lejano Oriente. A pesar de todos los obstáculos que se iban a encontrar en este accidentado camino. Aun sabiendo que la gran mayoría no disfrutaría del premio. La profesionalidad y compromiso de todos ellos, permitió llegar a lo más alto.

Y continuando por los 12 magníficos que nos han traído el oro una vez más. Más allá de las talentosas individualidades, tenemos que destacar el poder del grupo, de la cohesión del equipo con mayúsculas. La frasecita motivadora se ha hecho realidad: un equipo, siempre, es mucho más que la suma de sus individualidades.

Foto Feb.es

¡Qué difícil es lo conseguido! ¡Qué mérito tiene! Por ello, valoremos en su justa medida lo que tenemos, disfrutemos de la gloria y sintámonos orgullosos de lo que han conseguido estos inmensos deportistas. Honor y gloria para nuestros héroes.

Pero también pensemos en lo que vendrá. En que estos logros deben ser los fuertes cimientos para nuevos éxitos de nuestro baloncesto. Para ello, debe haber cabida en nuestra Liga Endesa ACB para nuestros jóvenes. Hemos demostrado una vez más que somos los mejores y que la mejor cantera la tenemos en casa. Ya no nos vale la excusa de la escasez de talento. Y si alguna vez no es suficiente, la fuerza del grupo suple las carencias ¿Qué más se puede pedir para dar una oportunidad a nuestras promesas?

Un último llamamiento. Que la labor de las instituciones no se quede en la foto con las medallas. Que haya una apuesta decidida por el deportista desde que se inicia en este maravilloso mundo. Que se le ayude a preparar su futuro alejado de las canchas, campos y pistas de juego. Que se le cuide, mime incluso, para que una vez nos haya dado lo mejor que tenga, la sociedad pueda seguir contando con su talento y experiencia.


Alfonso Reyes

Presidente ABP