Suma y sigue: el patrimonio de los campeones

13 septiembre 2019

Es fácil escribir desde el corazón. Hace apenas hora y media, la selección española de baloncesto ha vuelto a dar un ejemplo al mundo. Tras un partido épico, con dos prórrogas y mucho tiempo debajo en el marcador, este equipo se ha ganado el derecho a jugar una final de una campeonato del mundo. Aunque sea complicado, quitemos algo de emoción de la ecuación y volvamos a leer despacio la última frase: este equipo se ha ganado el derecho a jugar una final de una campeonato del mundo.

Aunque queda un partido, el más importante, me gustaría analizar dos aspectos que, en mi opinión, han sido claves para que el equipo llegue a este punto:

En primer lugar, la solidez mental. Quizás sea lo menos vistoso, pero lo más complicado de lograr. El equipo ha tardado en encontrar su mejor versión, pero nunca se ha apartado de su plan. Han sido fieles a un estilo. Un campeonato es muy duro. Demanda al jugador mucha concentración y no perder el foco. El entorno no creía en el equipo, no confiaba en obtener un buen resultado. Muchos consideraban el cruce de cuartos como un éxito. Pero a ellos no les afectaba. Ni fuera de la pista, ni siquiera dentro cuando los inicios no eran los mejores o el rival se escapa en el marcador. Sabían que necesitaban una defensa intensa pero también muy inteligente. Un nivel que exigía estar muy concentrados para provocar dudas en el ataque rival. Un fallo en un triple, no condicionaba un segundo intento. Esa dureza mental es patrimonio exclusivo de los grandísimos equipos.

Foto: Feb.es

Y es precisamente ese concepto, el equipo, el que para mí es el segundo pilar. Muy por encima de las individualidades ha estado el concepto grupal. Han faltado al Campeonato jugadores importantes, pero se han ganado todos los partidos y la tendencia de mejora en el juego ha sido exponencial. Eso solo se consigue dejando los apellidos de lado y poniendo en valor al colectivo. Nadie ha hecho mejor este trabajo que España. Por eso, están en la final. 

Las caras de los jugadores al acabar este exigente partido lo decían todo. Estaban vacíos. Los depósitos en reserva. Pero de aquí al domingo se llenarán con seguridad. La dureza mental de este equipo no ha tocado su tope.


Rafael Jofresa

Ex jugador profesional y Secretario General ABP