Francis Tomé: «El Campus está al servicio del jugador»

16 julio 2016

Francis Tomé es el Director del Campus de Tecnificación ABP, la primera cara que verán los jugadores el día 22 de agosto. Apostó por un modelo hace ya tres años. Un modelo que ha dado buenos resultados y cuya mejor prueba es la cantidad de jugadores que vuelven un año tras otro. Hoy conocemos esos días un poco más de cerca. 

 

Campus ABP. Foto: Amador

Campus ABP. Foto: Amador

1.- Es tu tercer año dirigiendo el Campus ABP, ¿qué objetivos te planteas para esta edición?

Creo que el hecho de que repita por tercer año quiere decir que, tanto los jugadores que se inscriben al campus como la ABP como organizadora, están contentos con el desarrollo del trabajo que planificamos. Mi idea es seguir avanzando y mejorando esa planificación y los contenidos que trabajamos. Pero sin duda, todo parte del primer objetivo que nos marcamos en aquella primera edición: estar al servicio de los jugadores.

2.- En estos tres años, ¿cómo ha evolucionado el Campus ABP?

Creo que todos los años surgen aspectos que pueden mejorarse. Lo que me agrada del campus es que somos capaces de detectar qué cosas se pueden mejorar y se trabaja para que en la siguiente edición eso que se podía mejorar se mejore.

3.- ¿Qué le dirías a un jugador para convencerle de que venga a entrenar en agosto?

Lo primero que hay un equipo de entrenadores, preparador físico y fisioterapeuta que están a su servicio. Lo segundo, que el trabajo que desarrollamos es muy serio y lo más individualizado posible. Estamos allí para ayudarle a mejorar y para que llegue a la pretemporada con su equipo en las mejores condiciones físicas posibles.

4.- Para este año, ¿traes alguna novedad?

Siempre debemos sorprender a aquellos jugadores que repiten todos los veranos. Algo nuevo propondremos pero es mejor mantenerlo en secreto todavía

5.- En el Campus se respira trabajo, pero desde luego buen ambiente. Alguna anécdota que se pueda contar….

El ambiente es genial porque los chicos que vienen son geniales. Anécdotas hay muchas porque también es cierto que el hecho de que no sea una concentración hace que el ambiente sea muy distendido. El año pasado, por ejemplo, en el restaurante donde almorzábamos la camarera servía unos platos de pasta enormes. Esto era lógico porque los jugadores son muy grandes, comen mucho y más después de entrenar. Cuando la camarera llegaba a mi y yo le pedí un poquito de pasta, no una fuente como a los chicos, la chica con mucha gracia dijo: ‘tú comes como un pajarito’. A partir de ese momento y tras las risas de todos, yo incluido, la camarera todos los días preguntaba: ‘¿qué quiere comer hoy pajarito?’