Salvo Arco y su inmersión inglesa

17 julio 2014

Cierto es, que no disponía de demasiado tiempo libre – tres meses de vacaciones no dan para mucho- y aun así, decidí aceptar la propuesta de la ABP: aprender inglés a través de la mejor empresa de España en inmersión lingüística (Diverbo) ¡qué locura!

Pensaba yo, ¿para qué me va a servir el inglés? total, hoy en día en cualquier equipo del mundo los jugadores, entrenadores, directivos… hablan un depurado y correcto español!

Sin quererlo, y casi obligado, me vi hospedado en un hotelito en uno de los pueblos más bonitos de España, La Alberca. A disposición de mi inglés tenía a 15 anglos parlantes cuya única intención era ayudarme a mejorar el idioma de forma totalmente desinteresada. No comprendía demasiado sus intenciones, eso de ayudar a alguien sin pedir nada a cambio no es muy común en nuestra cultura, y aun así, les di una oportunidad.

Entre los arriesgados e intrépidos españoles que decidimos mejorar nuestro inglés, había abogados, ingenieros nucleares, arquitectos, empresarios de renombre… ¡y yo! Ahora sí que estaba perdido. Ellos, alarmados, me preguntaban que hacía allí, y yo, confuso, contestaba que no tenía ni idea, total, con lo que ganamos los jugadores de baloncesto, sobre todo las nuevas generaciones, podemos vivir el resto de nuestras vidas sin dar palo al agua, así que no iba a tener la necesidad de utilizar el inglés en ningún tipo de trabajo como hacían ellos, pobres ilusos!

Pasaron los días, ocho ni más ni menos, y curiosa y sospechosamente mi inglés fue mejorando. Aún a día de hoy sigo sin entenderlo, si solo se hablaba inglés durante 16 horas al día, ¿cómo podía ser?

Fue tal el aprendizaje y la inmersión, que no solo era capaz de comunicarme perfectamente con el resto de “anglos” en inglés, claro, sino que ya soñaba en ese mismo idioma! Oh my God! Ya no había marcha atrás, los «one to one, two to two, conference call, presentations» y demás, habían transformado mi inglés, y eso era sinónimo de haber aprovechado y exprimido esa semana al máximo.

Y todo, gracias a la ABP, que es la que nos ofrece esta alternativa, una forma fácil y sencilla de crear o mejorar una eficaz arma de futuro, una herramienta más para afrontar con solvencia cualquiera que sea el paso que decidamos dar una vez terminada nuestra carrera deportiva.

Yo, por suerte, decidí aceptar esta oportunidad, y ¿tú?

Salva Arco