Lucio Angulo: «La Copa del Rey es una experiencia religiosa»

19 febrero 2016

El primer partido de cuartos era, Barcelona Lassa contra Dominion Bilbao Basket. Ver una copa del Rey con niños por casa es como decía Iglesias, «casi una experiencia religiosa». Ellos lo saben y lo sienten. Tienen un ‘sentido arácnido’ para fastidiarte el partido y tal como vuela el balón en el salto inicial, mi hijo mayor le quita un juguete al pequeño que estalla en llanto.

Cuando vuelvo de solucionar el asunto veo a Hervelle meter un triple y es que Hervelle ya lleva… ¡11 puntos en poco más de seis minutos! Pienso en que los únicos partidos que veo tranquilo son los que retransmito, por eso cuando me dicen: «Este fin de semana trabajas, narras un partido» Yo estalló en llanto y abrazo a mi interlocutor que me mira extrañado.

El Barcelona se agarra al partido con la sensación del maratoniano que deja a la liebre correr delante con la seguridad que atacará al final y ganará. Cuando Samardo Samuels anota, mi hija lanza un grito agónico «¿Será del Barsa?», pienso para mí. No, solo se estaban peleando por entrar primero a la ducha.

El tiempo que me da para ducharles, biberón y cena el partido está ya en un empate a 55 puntos. Otra fugaz escapada para recoger cena y ¡ah! me he perdido el ‘arreón’ del Bilbao. Lo dejo todo para vivir los últimos segundos. El pequeño está llorando porque nadie le hace caso. El mayor se queja de que la mediana le ha quitado un juguete; todos gritan, lloran. Subo el volumen. La casa va a estallar. Sé que en breves llamará a mi puerta la policía por estar armando escándalo. Barra libre de decibelios. Me da igual. Apoteósico final.

Hoy no era el día de los de Barcelona. Tomic falla un tiro libre para empatar tras intencionada en los instantes finales del partido. En cambio, por el Dominion, Rouff se doctora y Mumbrú, cogiendo un rebote y cobrando falta a pocos segundos del final da oxigeno a su equipo. ç

Un Alex que a estas alturas hace todo, hasta ha aprendido a defender y lo demuestra robando un balón que le dona Doellman, que no acierta a ser otra vez héroe como lo fue ante el Real Madrid en Euroliga. «Lo normal es que gane el Barcelona pero estamos aquí para que las cosas normales no sean así». Decía Sito Alonso en la previa.

La liebre ganó ante la sorpresa del campeón maratoniano acostumbrado a ganar. Sorprendió verlo nervioso, perdiendo balones y fallando tiros libres. Le doy al mute de mi mando a distancia para restablecer el silencio. Bilbao justo ganador.

Segundo partido: Valencia Basket contra Herbalife Gran Canaria. El partido empieza como mandaba la trayectoria del Valencia. Enseguida me doy cuenta de que lo estoy viendo el partido sin volumen. En ese preciso momento mi mujer entra y me pregunta: «¿Por qué lo ves sin volumen?» En mi orgullo le contesto: «Es que estoy practicando y lo estoy comentando yo…para mi…como soy comentarista». Mi mujer me mira de soslayo y niega con la cabeza. Supongo que es una forma de darme su aprobación tácita o de decirme que estoy gilipollas. Una de las dos.

Por hacer un resumen rápido se vio que, en un gesto amistoso hubo un reparto de cuartos. El primero y tercero para Valencia y el segundo y último para Herbalife.

Valencia se hizo con el rebote del Herbalife en este primer cuarto, que no sabe cómo parar la sangría. Lucic y Dubljevic cogen más rebotes que Belén Esteban en la casa de Gran Hermano. El segundo cuarto cambia el decorado y tres triples del Gran Canaria más el aumento de ritmo, reducen la ventaja, coincidiendo esa remontada con el momento de Dubljevic en el banquillo. Acabando 42 a 42.

El tercer cuarto vuelve a ser naranja; San Eme y Rafa tiran de pundonor. Y Valencia, parece que impone la «lógica» ganado de 9 puntos. «¿Alguien ha dicho ló-gi-ca en una Copa del Rey»? Este año no. En el final de partido, ni siquiera la quinta falta de Seeley parece hacer mella al Herbalife, que con un gran Rabaseda y sobre todo Oliver (que gestiona mejor el ritmo y tempo del partido) acaban por ganar.

Aito no cambia el rictus cuando ve a su equipo ganar por 83 a 78. Lleva demasiadas copas encima…del Rey…¡de baloncesto! Entiéndaseme. El pabellón brilla. Amarillo limón entona su clásico «pío-pío».  El pajarito que al ver al Gran Valencia decía: «Me parece haber visto un lindo gatito» se convirtió en águila para acabar merendárselo.

Enhorabuena a los premiados. A seguir disfrutando.